![]() A veces me pregunto si de verdad escuchamos a nuestro interlocutor al conversar, pues la escucha activa supone tres elementos imprescindibles que en ciertos momentos llego a dudar que estén presentes, y que son: darme cuenta de lo que el otro está comunicando y proporcionarle información de que estamos percibiendo lo que dice, “escuchar” empáticamente también sus sentimientos aunque no estemos de acuerdo, y atender a lo que dice el otro y no a lo que voy a responder yo. A esto hay que sumar que es preciso escuchar desde la comprensión sin juzgar a priori lo que estamos oyendo. Eleva ahora todo esto a instancias suprapersonales, como puedan ser las relaciones internacionales. Sé que no es fácil dado que como seres humanos somos seres enjuiciadores, pero es necesario si queremos alcanzar acuerdos, por ejemplo. El fruto de una buena escucha activa es la conversación, y para ello nos resultará muy útil formular cuanto podamos preguntas abiertas. Recuerda el siguiente truco: las preguntas “cerradas” (las que se responde con un sí o con un no) comienzan siempre con un verbo. Sirven para confirmar o desmentir lo que acaso implícitamente ya suponemos en el otro. Las preguntas “abiertas” (aquellas que verdaderamente me ayudan a explorar el mapa mental del interlocutor) comienzan con una partícula interrogativa. ¿Cuántas decisiones has tomado después de haber hablado con otra persona que, acaso simplemente escuchándote, te inspiró de una forma insospechada? ¿Qué sientes cuando no te escuchan? ¿Reconoces en tu propia escucha la descripción que he dado más arriba o descubres con esto zonas de mejora para, con pequeños cambios, acrecentar tu nivel de eficacia conversacional?
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![]() Por lo general, cuando le pregunto a un cliente al comienzo de su proceso de coaching qué es lo que desea conseguir me responde, por ejemplo, que no quiere tener sobrepeso. Inmediatamente le invito a que reformule el objetivo en positivo y le explico que verbalizar lo que no quiere es como ir de compras al supermercado con la lista de aquellas cosas que no va a comprar. La mente no funciona “en negativo”. Si te pido que no pienses en un delfín saltando alegremente fuera del agua… ¡acabas de hacerlo! ¿Formulas tus metas manifestando lo que quieres o lo que no quieres? Esto tiene que ver con lo que la PNL denomina Metaprograma de Acercamiento o de Alejamiento: hay quien procesa la información en su mente focalizándose en aquello a lo que desea “acercarse” o en aquello de lo que quiere “alejarse”. Si bien el segundo Metaprograma es más potente porque se centra en evitarnos el dolor, se ha demostrado que el primero es más efectivo a la hora de diseñar los objetivos, dado que incluye un elemento clave: la visualización. Si te ves no sólo llegando a la meta sino disfrutando de ella estarás programando tu mente y tus potencialidades para hacerla realidad. En realidad, todo objetivo procura colmar alguna necesidad, a menudo inconsciente. Si consiguieses eso que deseas, ¿qué necesidad profunda estarás satisfaciendo? Alguien que quiere adelgazar puede hacerlo por salud, pero también porque necesite aceptación social o acaso cariño o reconocimiento, e intente alcanzarlo mediante una imagen más adecuada a los cánones de belleza. Esto forma parte de la magia del coaching: descubrir qué es lo que en verdad buscas en la vida y cómo puedo acompañarte yo en pos de ese ideal. ![]() A veces me preguntan si se puede hacer coaching a niños. O a personas con discapacidad psíquica. O a quienes se encuentren, por ejemplo, en prisión. Mi respuesta es que depende: se puede hacer coaching a todo aquel que sea capaz de tomar decisiones sobre sí mismo… y siempre y cuando el coach sea lo suficientemente hábil como para a ayudarle a hacerlo. Los niños pueden escoger, por ejemplo, con quién quieren estar en el recreo, las personas con deficiencia psíquica decidirán según les permita su grado de discapacidad y un recluso puede discernir en qué empleará el tiempo que le reste de condena. La única restricción que me autoimpongo como coach es no coachear a miembros de mi propia familia porque sus decisiones pueden afectarme y eso acaso suponga un riesgo a la hora de ser objetivo y acompañar sin influir. Soy un enamorado de mi profesión justamente por su versatilidad, por la posibilidad que me brinda de servir a todo tipo de personas en pos de la mejor versión de sí mismos. ¿Y tú? ¿Es el coaching para ti? Aún estamos en una fase emergente de esta especialidad y todavía hay quien no sabe bien para qué puede servirle, o la confunde con otras disciplinas como puede ser la psicología. Piensa que todos, tú también, tenemos siempre sueños que nos gustaría hacer realidad, objetivos todavía no alcanzados, metas que nos impulsan a la acción. ¿Qué supondría en tu vida conseguir todo eso que anhelas y hacerlo de manera más fácil y rápida gracias a la interacción con un profesional que, aplicando ciertas estrategias, te permite tener una visión clara del camino que vas a recorrer una vez que hayas sintonizado con tus necesidades más profundas? ¡Anímate a comprobarlo! ![]() Cuando hablo de “vuelta al cole” me estoy refiriendo a ti si estás en un periodo de vida laboral o productiva. Tras las vacaciones toca volver a la actividad cotidiana y, si bien hay quien dramatiza esta situación, lo que la convierte en un desafío es que no te guste aquello a lo que estás dedicando tu trabajo. ¿Es así? Porque si sientes satisfacción con lo que haces no sólo no será un problema incorporarte a tu puesto sino que lo estarás deseando. Umberto Eco dijo “tanto si te dedicas a trabajar como si estás descansando, hazlo al cien por cien”. Muchos de mis clientes tienen su mente durante su asueto en las tareas que dejaron pendientes o en las que les esperan al regresar de las vacaciones, y esto es un error porque ni están aquí ni están allí. Psicólogos Departamento de Salud del Hospital Universitario de La Ribera han confirmado que la mayor parte de los niños acusan el regreso a la rutina tras las vacaciones con un enorme estrés, lo que se traduce en ansiedad o apatía. Un truco útil consiste en diseñar con ellos el horario e irlo incorporando de forma progresiva a la vida cotidiana, por ejemplo levantándoles más temprano incluso antes de que comiencen las clases. También funciona preguntarles qué es lo que más les gusta del cole y reforzar que van a volver a disfrutar de eso. Recuerda que los chiquillos son proclives a “contagiarse” de nuestro estado de ánimo y que por eso es importante transmitirles todo el entusiasmo que podamos, por ejemplo, a la hora de preparar el material con antelación para evitar agobios innecesarios. Por último, no olvides el cuerpo: dormir, alimentarse sanamente y hacer ejercicio para compensar los posibles excesos vacacionales. ![]() En coaching decimos que un exceso de pasado se convierte en depresión y que un exceso de futuro se convierte en angustia, ambos estados emocionales no operativos y desempoderantes. Piénsalo: ¿cuántos momentos presentes te pierdes por tener la mente ocupada en lo que ya te sucedió o en lo que todavía no te ha pasado? Bien mirado, la vida se compone de momentos, y cuando recordamos o planificamos lo hacemos en “pequeños segmentos”, es decir, en instantes más o menos intensos pero muy significativos para cada uno de nosotros. Voy a regalarte un truco que hará que te centres en el ahora con más facilidad: cuando te pilles en plena excursión mental y no desees tener la cabeza tan dispersa detente un instante y comienza a repasar las sensaciones de tu cuerpo en ese preciso momento. La respiración, la temperatura, el hormigueo de tu torrente sanguíneo bajo la piel… Cuantas más sensaciones puedas “cazar”, mejor. Después, pon en marcha un diálogo interno que te centre en el instante presente, como por ejemplo decirte “aquí y ahora”, “no hay pasado, no hay mañana” o “pienso, siento y actúo”. Es más: los grandes meditadores confiesan que una vez empezaron su viaje interior con este tipo de ejercicios sencillos hasta que, poco a poco, la mente se les fue volviendo más receptiva a lo que les sucedía y a apartarse de la culpa y la nostalgia (el pasado) o la preocupación y la inquietud (el futuro). ¿Has visto alguna vez un perro pendiente de la pelota que están a punto de lanzarle? Para el animal no existe nada más que lo que tiene delante. No se preocupa sobre dónde va a dormir esa noche o qué va a comer, ni mucho menos de recordar los lugares que visitó seis meses atrás. |
“Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee: es una idea que posee a la mente”. (Robert Oxton Bolt) Archivos
July 2021
El lenguaje lo cambia todo: si digo "circunstancia" desdramatizo la situación que antes denominaba "problema". Así podré enfocar la solución de una forma más objetiva. |