![]() Dos ejemplos de una misma situación: “Me hablaron de esta película poniéndola por las nubes y cuando fui a verla no me pareció que fuera para tanto”; o bien, “me hablaron muy mal de la película, y sin embargo cuando la vi me pareció maravillosa”. Ambas frases tienen que ver con la expectativa, entendida como el resultado que se espera alcanzar. En la primera, la expectativa es elevada, el resultado no está a la altura y se produce la decepción; en la segunda, la expectativa es ínfima, el resultado es muy superior y, por tanto, la persona queda deslumbrada. Ninguna de las dos opciones es buena o mala, sencillamente ninguna es realista. Todo cliente trae su propia expectativa al proceso de coaching, o bien pensando que en él se le va a solucionar la vida, o bien sin confiar plenamente en que esta metodología le aporte algo que haga que la inversión de tiempo y dinero valga la pena. Por eso es esencial la sesión de demostración gratuita, puesto que sirve para modular la expectativa para que se ajuste lo más posible no a lo que le gustaría a la persona sino a lo que de verdad necesita. ¿Y tú? ¿Tiendes a esperar resultados magníficos o, por el contrario, eres habitualmente pesimista? ¿Cómo gestionas la decepción o el deslumbramiento ante lo que finalmente obtienes? Acaso te ayude una frase de Heinrich von Stein: “Hay que tener aspiraciones elevadas, expectativas moderadas y necesidades pequeñas”. Me gusta porque distingue entre aspiración, que puede ser tan alta como quieras, y expectativa, que puedes graduar aplicando cierta dosis de realismo. Concluyo con otra sentencia, esta vez de Aristóteles: “Es mejor salir de la vida como de una fiesta, ni sediento ni borracho”.
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![]() Use su cabeza para variar es un libro de Richard Bandler que te recomiendo si tienes interés en la Programación Neurolingüística (PNL), pero en nuestra columna de hoy voy a quedarme con la ambigüedad del título. Hay una parte casi cómica en él que nos da a entender que habitualmente no utilizamos la cabeza, y que ya sería una alternativa interesante comenzar a hacerlo, pero también en la frase se esconde una instrucción: los cambios que deseas en tu vida pasan por usar tu mente para clarificar dónde estás, a dónde quieres llegar y qué procedimientos vas a poner en marcha para conseguirlo. Desde hace siglos hay un debate sobre si somos como somos a causa de nuestra herencia genética (“nature”) o porque hemos tenido unas determinadas pautas educativas (“nurture”). ¿Nacemos así o nos hacemos así? No entraré en la discusión, pues hay argumentos potentes tanto en un sentido como en otro, pero supongamos como hipótesis que no eres víctima al cien por cien de lo que determinan tus genes sobre tu personalidad y tus capacidades, sino que puedes orientar con libertad tu cambio hacia una vida más plena y un desarrollo más amplio de tus aptitudes: ¿cómo puedes “usar la cabeza” para planificar y generar ese cambio? ¿Qué te mueve y qué te frena? Este tipo de preguntas de desafío son las que te formularía tu coach en una sesión en la que le planteases cuáles son las mejoras que deseas alcanzar. Es probable que también te pregunte qué has hecho hasta el momento para conseguirlo y qué otras alternativas se te ocurren para generar un plan de acción. En coaching confiamos en que, sea cual sea, tu genética, en el fondo eres tú quien único puede liderar su propio proceso de mejora. ![]() El 5 de enero de 2012 el diario Cinco Días publicaba: “En Estados Unidos y Reino Unido, el impacto del coaching en las organizaciones se ha medido, ofreciendo un retorno en la inversión o ROI del 700%. Además, existen estudios que señalan que el 95% de las empresas que forman a sus directivos en estas prácticas, consiguen beneficios. En España, aunque no hay cifras exactas, Aecop avanza que el 50% de la gran empresa contrata coaches para impulsar las decisiones de sus directivos. La mitad de las grandes empresas españolas ya realizan jornadas de coaching para incentivar a sus directivos a conseguir objetivos”. Piénsalo: ¡un 700% de retorno de inversión! O sea, lo que inviertas en coaching lo recuperarás multiplicado por siete. Mediante el coaching corporativo podrás, por ejemplo plantear alternativas a los métodos de trabajo, distribuir las competencias de forma más eficaz, aprender a delegar, encarar responsablemente planes de expansión, empoderar a los miembros del equipo, abrir nuevos cauces de comunicación con tus stakeholders y, en fin, mejorar tu economía. Daniel Álvarez, de QCoach Desarrollo Directivo, pone un ejemplo concreto: “En una empresa de seis trabajadores el empresario coacheó su capacidad de dirección de personas. El resultado fue que delegó gran parte de su trabajo para dedicarse a lo que más aportaba: conseguir negocio. Ahora necesita estar poco tiempo en la oficina y cuando está es para informar y ser informado, lo que facilita el trabajo de todos y les permite innovar. La plantilla también lo agradece y mejora el clima”. ¿A qué esperas para comenzar a beneficiarte de lo que significa poner en marcha un proceso de coaching en tu negocio? |
“Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee: es una idea que posee a la mente”. (Robert Oxton Bolt) Archivos
Diciembre 2016
El lenguaje lo cambia todo: si digo "circunstancia" desdramatizo la situación que antes denominaba "problema". Así podré enfocar la solución de una forma más objetiva. |