![]() El miedo es una emoción que preserva nuestra vida porque ante un peligro que la compromete nos impulsa a atacar o a huir. Es una estrategia genial cuando estamos ante un león que nos quiere devorar, pero se convierte en un inconveniente cuando a quien tenemos delante es a otra persona que nos está gritando porque está enfadada. Hoy te regalo cinco pasos para evitar lo que Daniel Goleman llama “secuestro emocional”: 1. Toma tú las riendas de la conversación siendo consciente de tu propia emoción y gestiónala preguntándote si prefieres tener razón o arreglarlo. Di interiormente “ahora voy a permanecer en modo diálogo” y evitarás así ceder el mando a la ira. 2. Observa a la otra persona como si fuera un niño con una rabieta. Es preciso ayudarla a “desinflar” el cabreo. Evita decir (gritando, claro) “¡no grites!”. Es preferible un “por favor, habla más despacio” en un tono lento y sereno. 3. Ponte en contacto con el cerebro racional de tu interlocutor, que en ese momento está secuestrado por la emoción. Hazlo con una herramienta mágica e infalible: las preguntas. Este es el truco: cuando las formulamos, necesariamente la persona enfadada ha de centrarse en responder, o sea, cambiará a “modo razonamiento”. Por ejemplo: ¿qué necesitas?, ¿qué me estás pidiendo específicamente?, ¿cómo te puedo ayudar yo?, o algo por el estilo, y déjala responder. Vuelve a preguntar basándote en lo que hayas escuchado. 4. No juzgues, empatiza diciéndole “te comprendo” o “yo en tu lugar acaso también me enfadaría”. 5. Finalmente pregunta “¿qué me propones para resolverlo?”. Es probable que a estas alturas la tensión emocional ya haya disminuido y puedas negociar para solucionar el conflicto. ![]() Cuando un cliente se queja de que su currículum vitae “no funciona”, no es lo suficientemente atractivo como para seducir al potencial empleador, le formulo preguntas para que deduzca cómo puede mejorarlo. Hoy voy a resumirte algunas de las conclusiones a las que he llegado escuchando sus respuestas. -El National Citizen Service del Reino Unido afirma que sólo se necesitan nueve segundos para que tu currículum termine en la papelera de quien lo recibe. El experto en recursos humanos Alfonso Alcántara nos brinda un doble truco: no lo comiences con tus datos personales sino con una frase relativa a alguna de las competencias requeridas en el puesto. El secreto está en la especialización. ¿Qué sabes hacer de forma excelente? ¿Qué valor puedes aportar a la empresa o al proyecto concreto en el que aspiras participar? -No lo conviertas en un informe exhaustivo (¡y tedioso!) de los detalles de tu formación o experiencia. Deja eso para la entrevista, que es el verdadero objetivo del currículum. Haz una selección de lo que pueda interesar específicamente en esa empresa con la perspectiva de que tú eres la solución que están buscando. -Estamos en el siglo XXI. Incluye cómo pueden localizarte en las redes sociales. Eso sí: evita los links que remitan a cuentas personales donde muestres tus intereses y aficiones. Siempre a webs profesionales tipo LinkedIn. -El currículum, breve. Calcula una página por cada diez años de experiencia. -La imagen es esencial: ni diseños estrambóticos ni faltas de ortografía. -Ten en mente estas tres preguntas: ¿qué sabes?, ¿qué sabes hacer? y ¿para qué le sirve eso a la empresa? Así escribirás un currículum vitae y no un currículum mortis. ![]() Hace algo más de un mes, Rebeca Yanke, redactora del periódico El Mundo, publicaba un artículo sobre el coaching en el que reproducía las declaraciones de Jesús Rodríguez, presidente de ICF España, la organización internacional destinada a avalar los programas que acreditan como tales a los coaches profesionales, quejándose de la definición que la nueva edición del diccionario de la Real Academia de la Lengua pone de coach: “persona que asesora a otra para impulsar su desarrollo personal”. Se queja Rodríguez, con razón, de que al decir la RAE que el coach “asesora” causa confusión con el mentoring o la consultoría, disciplinas que nada tienen que ver con la que nos ocupa. Esto demuestra de nuevo el desconocimiento sobre qué es realmente coaching y para qué te puede servir. “No aportamos soluciones ni indicamos o recomendamos a nuestros clientes lo que deben hacer o las estrategias a seguir porque nuestros clientes son los mayores expertos en su vida”, afirma el presidente de ICF España. Conclusión: si te encuentras con un coach (entre comillas) que te da consejos, te dicta las acciones que debes realizar o censura alguno de tus planes… no es un coach. ¡Así de simple! El coaching se enfrenta ahora mismo a un peligro inherente a toda profesión que emerge: el intrusismo. Sucede a causa de lo difusas que al principio son las normativas que regulan toda praxis profesional, lo que es aprovechado por los oportunistas. Ese es el motivo por el que organizaciones como ICF exigen muchas horas de entrenamiento y formación antes de conceder sus certificaciones. Te recuerdo que es posible consultar la base de datos de coaches acreditados en su página web: www.icf-es.com. ![]() Jorge Gómez es un joven con discapacidad física que se ha certificado como coach profesional con nosotros en la Escuela Líder-Haz-GO! en cuya página web acaba de publicar un artículo vibrante donde relata qué supuso para él, tras el accidente, poner en marcha su proceso de recuperación con estrategias de coaching. Te invito a leerlo dado que es un relato en primera persona que nos habla de superación personal ante una adversidad de semejante categoría. Para mí es un honor acompañar a este joven en su nueva carrera profesional como coach acreditado por la International Coach Federation (ICF). Puedes leer el artículo haciendo click aquí. ![]() En 2015 viviremos en España varias convocatorias electorales en un contexto de desconfianza generalizada por las siglas. Capto en el electorado más un apoyo a los líderes que a sus partidos. Es como si estuviésemos modelando el sistema estadounidense en el que se valora más al líder que al proyecto. Tengo la hipótesis de que esto sucede porque no es lo mismo pedir responsabilidades a alguien con nombre y apellidos que a un partido en el que es más fácil que se olviden las promesas. Pero, ¿cuáles son las características del candidato ideal? Piensa en un líder, no importa su ideología o la época en la que haya vivido. Todos tienen un denominador común: manejan el lenguaje de manera extraordinaria. Es imposible pensar en uno incapaz de electrizar a la multitud con palabras. Una campaña electoral no es más que un acto comunicativo cuyo resultado es directamente proporcional a la excelencia del candidato en este ámbito. Tampoco ha sido nunca escogido democráticamente nadie que no haya conectado con las necesidades del pueblo. ¿Qué problema mío me ayudará a solucionar este candidato? Si es incapaz de conectar con el dolor, ya puede despedirse. En igualdad de condiciones escogeremos a quien pase más tiempo describiendo su plan de acción que a quien se dedique a desprestigiar al contrario. Que el candidato me diga qué va a hacer y cómo en vez de agotarme con el consabido “y tú más” a su opositor en el Congreso. El toque definitivo de seducción está en las distancias cortas, en la gestión de su corporalidad: si sonríe, mira a los ojos, muestra las palmas de sus manos o eleva el tono de voz cuando quiere ser taxativo. La forja de un liderazgo también es cuestión de coaching… |
“Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee: es una idea que posee a la mente”. (Robert Oxton Bolt) Archivos
July 2021
El lenguaje lo cambia todo: si digo "circunstancia" desdramatizo la situación que antes denominaba "problema". Así podré enfocar la solución de una forma más objetiva. |